DE LA ANATOMOPOLÍTICA DEL CUERPO HUMANO A LA BIOPOLÍTICA DE LA POBLACIÓN
Por Raúl Contreras

Desde nuestro punto de vista, y con la inquietud de despertar el interés de nuestros lectores no conocedores de esta obra filosófica, descargaremos estos breves comentarios de las correspondientes citas textuales y notas a pie de página, esperando no demeritar la rigurosidad que exige este filósofo tan complejo y nos limitaremos a una exposición amena de algunas de sus ideas que posibiliten el acercamiento e interés por leer la vasta obra de Michel Foucault .
¿ Qué debemos entender por Anatomopolítica?. Bueno, para empezar, la Anatomopolítica es el control del cuerpo, nuestro filósofo en cuestión consideró que el ser humano, en otros tiempos, fue objeto de lo que llamaremos suplicios (pena corporal, dolorosa, más o menos atroz) que buscaba restituir al soberano (rey, ahora diríamos, profesor, padre, patrón, Estado, etc.) la autoridad perdida a causa de la trangresión, quebrantamiento de la ley por parte del condenado y su castigo era maltratar, mutilar su cuerpo. Así pagaba su crimen.
Poco a poco implementaron nuevas formas de castigo para el delincuente, para el transgresor de la ley e introdujeron la confesión; sí, a través del confesionario (práctica religiosa en el catolicismo) obtenían información del delincuente, pretendían regenerarlo y el castigo era más humanitario, pensaban ellos. Se trataba de controlar la voluntad de los individuos, ya no sólo su cuerpo, y en esto, la psicología tiene mucho qué decir y qué ocultar.


En base a lo anterior, la pregunta obligada es, ¿ en verdad se regenera un delincuente que ha estado en prisión por poco o muchos años ?, ¿ pueden ser reintegrados a la sociedad ?.

Decía Foucault, siglos atrás la persona que entraba a un hospital es seguro que se moría; ahora, si un obrero se enferma, el patrón lo manda al hospital para que lo curen porque sale más barato reintegrarlo al trabajo que contratar un nuevo trabajador.
El objetivo del estado moderno, racional, controlador de los cuerpos y voluntades, aunque no todo está perdido ni podemos ser tan pesimistas, claro está, es combinar la vida con la política, jugar con la vida, sacarle jugo, que no le quede nada al ser humano. No son gratuitas las reformas de salud en nuestro país, el seguro popular, las jubilaciones, pensiones, las reformas estructurales en México, son un claro ejemplo de esto.