jueves, 4 de octubre de 2018

La caricatura política, una válvula de escape a la represión


La caricatura política, una
válvula de escape a la represión

Helio Flores y Patricio Ortiz compartieron en la Plaza Lerdo su visión sobre el movimiento estudiantil.


Contextos Regionales.- Xalapa, Ver., Raúl Contreras. / La represión durante los años sesenta y específicamente en 1968 no fue sólo contra los estudiantes. Los medios de comunicación estaban entregados al Gobierno y el gremio de los caricaturistas fue uno de los más vulnerables por la función crítica de la profesión: si alguien se atrevía a desafiar o evidenciar los errores institucionales era perseguido.

Tal fue el caso de Eduardo Humberto del Río García, Rius, secuestrado y torturado con una simulación de fusilamiento, luego de que una caricatura suya molestara al entonces presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz. Ésta y otras anécdotas compartieron los moneros Helio Flores, Helioflores, y Patricio Ortiz González, Patricio, durante la charla que sostuvieron en la plaza Lerdo, como parte de las actividades conmemorativas del movimiento estudiantil de 1968.


Helio Flores, xalapeño, colaboró con Rius en la revista La Garrapata, el azote de los bueyes, cuyo primer número se publicó en septiembre de 1968; Patricio, en cambio, participa todavía en El Chamuco y los hijos del Averno, otro impreso fundado por Del Río García, quien falleció en agosto del año pasado.

De acuerdo con Helio Flores, en los años sesenta la prensa estaba comprada y a disposición del Gobierno. Cuando ocurrieron el movimiento estudiantil y la represión de octubre, los periódicos publicaban información tendenciosa para manipular la opinión pública, alabar a las autoridades y crear una imagen de los estudiantes como alborotadores socialistas.

Por ello decidieron fundar La Garrapata –continuó–, un medio en el que no debían rendir cuentas a nadie y publicó su visión de realidad: “Era un escape para los caricaturistas frente al sistema represor, al escenario complicado si decidían ejercer la crítica social”.


“Los compañeros conservaban pocos trabajos sobre el movimiento estudiantil, porque no se publicaron. Pero en 1971 el Instituto Politécnico Nacional (IPN) nos invitó a montar una exposición con las caricaturas censuradas. Un día después de la inauguración, porros y miembros del grupo paramilitar Halcones destruyeron la exposición y golpearon a estudiantes, así que todo el material se perdió”, dijo.

Ese mismo 10 de junio, Jueves de Corpus, se produjo en la Ciudad de México el llamado Halconazo, en el que asesinaron a cientos de personas. Luis Echeverría Álvarez era ya presidente de la República.

Así que las caricaturas hechas durante el movimiento estudiantil de 1968 fueron poco conocidas. Los grabados, dibujos, pegotes y carteles que sobrevivieron fueron creados por estudiantes y circularon de manera clandestina. Algunos son simbólicos, como la paloma de la paz herida con una bayoneta, o el de un rostro juvenil con rasgos indígenas que muestra una cadena y un candado alrededor de la boca, en demanda de libertad de expresión.


Patricio Ortiz reconoció que el trabajo de los moneros de esa época es la base de todo lo que vino a continuación: “Lo que hacemos ahora se sustenta en la labor que ellos emprendieron hace 50 años”.

Asistieron el presidente municipal Hipólito Rodríguez Herrero; la presidenta del Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), Rocío Córdova Plaza, y el director de Seguridad Ciudadana y Tránsito Municipal, Julio César Sánchez Amaya.