Aprueba Congreso veracruzano reglas de
convivencia de padres separados con los hijos
En caso de depósito de menores, el Juez deberá presentar la
convivencia provisional con el progenitor no custodio para salvaguardar el
derecho a convivir con ambos padres
Esta
reforma es aprobada con 44 votos a favor de los diputados del PAN, MORENA, PRI,
PRD, Nueva Alianza, PVEM y de Juntos por Veracruz
Contextos Regionales
Raúl Contreras
04/07/2017
Las diputadas y diputados de la LXIV Legislatura
aprobaron el Dictamen por el que se reforma el artículo 345 del Código Civil de
Veracruz que establece que en el caso de depósito de menores, deberá
presentarse oficiosamente la convivencia provisional con el progenitor no
custodio, con base en el derecho a convivencia con ambos padres y a fin de
salvaguardar el sano desarrollo de la personalidad de las niñas y los niños.
Durante la novena sesión ordinaria, del primer año
de labores del Congreso del Estado, el Pleno avaló con 44 votos a favor -sin
votos en contra o abstenciones- esta modificación legal en la que también se
refiere que esta disposición podrá ser contraria solo cuando haya una causa
justificada, probada plenamente, que impida la convivencia al poner en peligro
a los menores.
En esta reforma –derivada de la iniciativa que
presentó el pasado 13 de Junio el diputado Ángel Armando López Contreras-
refiere que se le llamará manipulación y aleccionamiento parental a la conducta
que uno o ambos padres, en proceso de separación o separados, ejerza sobre sus
hijas e hijos, con el objeto de obstaculizar o destruir sus vínculos con alguno
de ellos.
En los
juicios en materia familiar donde intervienen menores, el juzgador no sólo debe
constreñirse a lo que digan las partes, sino también a los derechos de los
infantes involucrados en la disputa, lo que implica que el menor, en estos
casos, debe ser visto como sujeto de derecho y no como objeto, coincide la
Comisión Legislativa de Justicia y Puntos Constitucionales.
El diputado Armando López Contreras subrayó que para
los menores las consecuencias de vivir sin alguno de sus progenitores son
múltiples y negativas, y a la larga para la sociedad en que viven, porque
aunque la madre y el padre pueden ser igualmente receptivos y afectuosos, se ha
comprobado que interactúan con los hijos de manera distinta, y que esto es
notorio en los primeros años de vida de los niños.